miércoles, 17 de septiembre de 2008

CANTEMOS AL SEÑOR



Os invito a que leáis el testimonio de un buen amigo ante la enfermad.
Está escrito en "www.revistabuenanueva.com", una revista pensada para la nueva evangelización y que a mi particularmente me parece interesante

SALMO 40

Yo he experimentado este salmo en mi
vida, especialmente desde hace tres meses
cuando me diagnosticaron un cáncer de
colon; y, después de ser operado, estoy siendo
tratado con quimioterapia durante al
menos seis meses.
El Señor me llamó en mi adolescencia a la
Iglesia y me sentí atraído por Él. Su gran Amor
me ha llevado a seguir caminando durante
casi treinta y cinco años, experimentando su
cercanía. Me ha hecho saber que yo le importaba,
que había dado su Vida por mí gratuitamente.
En el seno de su Iglesia me he casado,
he tenido cinco hijos, he visto cómo el Señor
ha hecho grandes maravillas en mis hermanos
y en mí mismo.
Pero hace tres meses ha tenido a bien visitarme
en la enfermedad. ¿Qué puedo decir?
Después de un primer momento de desasosiego
—¡Señor!, ¿qué va a ser de mí?; tengo
miedo al dolor físico, tengo miedo a la
muerte. ¡Ayúdame tú, Señor!—, soy consciente
de que ha llegado la hora en que
todo lo que me ha dado en estos años dé
fruto. ¡Ha llegado mi hora, para esto me llamaste
tan joven, Señor!
Os puedo decir que a partir de este primer
momento de angustia, el Señor escuchó mi
grito y me ayudó. He experimentado los
momentos más felices de mi vida, ya que
me he sentido amado por Él, que Cristo está
vivo a mi lado, que el dolor tiene sentido en
Él. Tu sufrimiento te asocia al de Cristo en la
Pasión y se vuelve un sufrimiento salvífico,
porque es el mismo dolor de Cristo.
Dios Padre se compadece de ti, porque está
viendo en ti a Cristo, de nuevo sufriente por
la humanidad, y nuevamente se repite la
acción salvadora de Dios sobre la muerte. Te
saca de la muerte, de la angustia, resucitándote
con su Hijo. Por eso en el cristianismo
se puede ofrecer el dolor por la salvación
del mundo, o por una intención privada, ya
que tiene un inmenso poder porque está
asociado a la Pasión de Cristo.
EN ESTO CONOZCO
QUE ME AMAS:
EN QUE MI ENEMIGO
NO TRIUNFA
DE MÍ
¡Qué bien haces las cosas, Señor! Cómo entiendo
ahora todo. Durante estos años te he entregado
mi inteligencia y mi mente. Te he confiado
mis fuerzas y desvelos, mis noches sin dormir,
mi corazón y mi amor por tus cosas. Pero yo no
me había entregado. Ahora sé que me amas
tanto que deseas mi vida entera. “Señor, te la
doy, haces tan bien las cosas que la pongo en
tus manos: haz lo que quieras conmigo”. Cuando
te abandonas en el Señor plenamente experimentas
una alegría tan grande, que sabes que
eso es la Vida, la Vida Eterna que empiezas a
saborearla aquí. Descubres que “el Amor es más
fuerte que la Muerte” (Ct 8,6) y entonces descansas.
Estás verdaderamente en Paz.
CUANDO SUCEDE
ALGO QUE NO NOS GUSTA
—UNA ENFERMEDAD,
FALTA DE DINERO,
LA MUERTE DE
UN SER QUERIDO ETC. —,
EL DEMONIO
NOS SUGIERE SIEMPRE
QUE DIOS NO
NOS QUIERE
DICHOSOS A LOS QUE
EL SEÑOR ENCUENTRA
PREPARADOS
En el lecho del dolor he sentido la brisa suave de
su Espíritu Santo en tantos momentos, que me
ha hecho pararme y decir: “Señor, estoy contento
con mi lote y mi heredad, qué bien haces la
historia” (cfr. Sal 15).
¡Cuántas veces en mi vida no he sido pobre! Al
contrario, he estado lleno de mí mismo, creyéndome
mejor que los demás. Pero el Señor
en su pedagogía me está haciendo pequeño,
desvalido, necesitado de ayuda, de la oración
de mis hermanos. Es su voluntad que requiera
de la visita de su Espíritu para abatir mi hombre
viejo soberbio, grande, y que aparezca
Jesús dentro de mí, pequeño, desvalido y
pobre. Ahora sé que preciso este acontecimiento
para hacerme humilde, ya que “de los
pequeños es el Reino de los Cielos” (Mt 5,3) y
“la puerta del Reino es estrecha” (Mt 7,14).
Cantemos al señor en
11
Dice el salmo:”En esto conozco que me amas,
en que mi enemigo no triunfa de mí”. Esto es
verdad, ya que el maligno te tienta continuamente
diciendo: ¿Por qué a mí? ¿Por qué tengo
que sufrir? Sin embargo, sientes que, cuando
llega el momento, esas voces se desmoronan y
aparece otra más fuerte que te dice: ¡Ánimo, yo
te quiero, estoy contigo! Entonces el enemigo
huye y la paz de Cristo aparece.
De este mismo salmo se acuerda Jesús cuando
Judas le traiciona en la Última Cena: “Mi
amigo, de quien yo me fiaba, que compartía
mi pan, es el primero en traicionarme”.
Hay una hora en que todo hombre necesita
estar solo frente al Señor, como Jesús. En la
enfermedad, aunque estés casado, con hijos,
en una comunidad eclesial, te encuentras
solo frente a la pregunta: ¿Dios me quiere?
Entonces sientes que es verdad, que Él te
ama hasta el colmo de dar su vida por ti y te
lleva a decir: “Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre”.
Puedes proclamar a las personas que te
rodean que Dios es Amor, que te ama en
todo momento y en todos los acontecimientos.
No hay por qué tener miedo, ya que no
estamos solos. Él está con nosotros y nunca
nos abandonará. Precisamente en esos acontecimientos
de dolor, de enfermedad y de
muerte, Él es capaz de sacar la Vida, la
Resurrección y la felicidad.
¡Bendito eres, Señor!

10 comentarios:

Luis y Mª Jesús dijo...

Gracias por este bello testimonio.
Me ha recordado que solo el que muere experimenta la resurrección, a pesar de ello ¡tenemos miedo a perder tantas cosas!.
Un beso
María Jesús

Ludmila Hribar dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ludmila Hribar dijo...

Gracias Irache. Emocionante. Dile que lo incluire en mis oraciones a el y a su familia. Es verdad cuanto amor y a veces ni nos damos cuenta. Acaba de morir una tia mia que vivia conmigo. He pasado momentos dificiles, duros, me he rebelado, protestado, agradecido, pedido misericordia ...pero solo llegue a sentir la verdadera paz cuando dije Señor se me hace dificil, cuesta arriba, no puedo pero no importa hasta que tu quieras! Y me confirmò cuanto me querìa. Un fuerte abrazo.
(he suprimnido el comentario anterior pues habia palabras repetidas. Perdon!)

Agnus dijo...

Hola Maria Jesús.
Y tanto que tenemos miedo..
Yo el primer miedo es perderlo a él. Somos amigos desde los 15 años y compartimos muchos sufrimientos y muchas alegrias. Aunque tabien es gratificante ver como lo vive , a mi me dá esperanza para cuando me llegue a mi. Hace 2 años murió su madre más o menos de lo mismo y fue un signo del amor de Dios.


Ljudmila, te he hecho un comentario en tu blog, pero no he podido enviarlo, tengo un poco mal el ordenador.
Intentaré volver hacerlo, pero ya el domingo pues me voy a Zaragoza.
Gracias por tus oraciones yo tambien te tendre en cuenta, en especial delante de la virgen del Pilar.
Esto del blog es un chollo, pues al final tenemos rezando a medio mundo por el otro medio.
Un abrazo.

CRIS dijo...

El testimonio es tremendo...se nota que ha hecho los deberes...jeje, privilegios del salmista.

Cuando conoces a la persona...todo se ve distinto, la verdad.

Me ha sorprendido que te sorprendiera algo en mi post...jajaja, nunca dejas de sorprenderme...

Por cierto...¿Qué tal la mermelada?

Estoy un poco rebelde porque hoy hemos tenido un intenso domingo...ya sabes...que no es mi fuerte y acabo siempre rebotada...en fin, me he puesto a blogear un poquito y me ha venido bien leer tu post.

Por cierto, tu otro amigo de los 15 años es una pena que no tenga blog, porque con su experiencia nos ha hecho llorar a todos...vaya historia, hija.

Muchos besos

Luis y Mª Jesús dijo...

OK..Luis

maria jesus dijo...

Es un testimonio impresionante.Dile que me acordaré de el ante la Virgen de las Angustias, que ya he necesitado un cuaderno para anotar todo lo que tengo que contarle.Un beso

icue dijo...

gran ejemplo de fortaleza la de tu amigo, en el testimonio que ofrece ante el dolor y la enfermedad.
Todo lo que dice es una realidad, si nos apoyamos en Dios todo es más facil, además existe un factor más que es la comunión de los Santos, muchos podemos unirnos a su oración y petición, para pedir a Dios que le ayude, yo a partir de este momento lo hago y le encomiendo muy especialmente.
Un abrazo cariñoso y mi afecto y oración para tu amigo.

lojeda dijo...

Se nota que tu amigo está LLENO DE DIOS, y nos enseña a llenarnos también a nosotros.
Cuando llega la adversidad es cuando se ve la Fe y la confianza de las personas en el Creador.
Felicita a ti amigo de mi parte por esa gran Fe, y por esa FORTALEZA, porque con su dolor, pero a la vez con su serenidad, está dando ejemplo a todas las personas que le conocen, o que a través de ti, le hemos conocido.
Gracias ANI, por publicar este post tan lleno de vida y tan edificante para los que lo leemos.
Un besazo.

Agnus dijo...

Muchas gracias a todos.
Es cierto que la mejor ayuda que tenemos es la oracion y que la comunion de los santos es us don que Dios nos dá para poder orar unos por otros.
Gracias otra vez por vuestras oraciones.
Como ya puse en algun sitio, esto del blog es un chollo, para rezar unos por otros.